Que a hombres
arruinas.
Ambicionas las
mentes
con tus virtudes
vanas.
Has nacido para
arruinar el mundo,
ramera perfecta
originaria del defecto,
el mal te fortalece
y hace carecer del resto.
Deshonras tu familia
desmerecedora de
ti.
Desgraciada eres
y por eso manchas
en tinta de sangre.
Calumnia del mal,
desperfecto.
Bestia en disfraz
de divinidad,
ninguna se salva;
qué te apuesto
que tu mujer
tampoco es santa.
Mátala, oye mis
palabras.
Mujer es tu
nombre,
¿mujer te haces
llamar?;
dirán tus hijos.
Sálvate mujer
que nada de eso
hay que callar,
defiéndete del
miedo
y se mi heroína,
los oídos no son
sordos
a pesar de la
dureza
de las palabras.
La fragilidad te
atañe,
pero a la vez te
da agallas.
Caes,
pero caes con
virtud
y no de ese
voluptuoso
que hablan los ciegos del alma
0 comentarios:
Publicar un comentario