Me duele aceptar que todo anda muy mal y empeorará. No te
quedes ahí parada que nada conseguirás. Si me he quedado acá es por qué no he
podido moverme, este extenso tiempo que para mí es corto; no he podido lograr
nada de lo que pude hacer con presión. Soy
una chilena de bajo perfil, desmotivada, pensando en la mañana cosas que nunca
pasarán.
Trabajar, estudiar, qué gano con eso, nada. Venderme a un montón
de guatones que ni les interesa que si aprendiste o no, que si vay a salir a
delante. A nadie le importa ni una huevada, la gente está para nada, no sirven
para nada, las mentes de hoy son estúpidas: han perdido el real sentido de
estar vivos.
Usted trabaje no más,
si aquí se está muy bien ¿los compañeros te tratan bien?, te damos comida, te
pagamos mal pero te damos un buen ambiente laboral. Después con la platita (setenta
mil pesos) podrás pagar tus estudios, mantener a tus hijos, comprarte una casa,
comprarte lo que tú quieras, no sé el cielo, el sol y todas las estrellas
juntas.
Las cosas no son así. Son un montón de sombras y artificios de tercera, los tratos son para
cada estatuto social, el coa para los
marginados, porque si no eris de la pobla te rompen a palo. Americanismos para
los “de dinero”, como el “qué haevy gaia, me parece realmente cahallo, pero
filo, vamos al mall, mira que me quiero comprar un Blackberry”. En el fondo los
de la clase de al medio terminan aguantando tanta barbarie, no tenemos pero no
somos pobres, entonces sólo nos queda decir “en qué les puedo servir” y parecer
decentes, pero no tanto.
¡Si andas tan desconforme mejor haz otra cosa! Lo iba hacer
¿Y? No se pudo... al final el mundo es para unos pocos.
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